Por Elfidio Alonso (Director de las Sabandeños).
La primera vez que visitamos Uruguay llevamos en el bolso de mano un ejemplar del CD de Los Sabandeños Canarios en la independencia de Latinoamérica (Columbia, Madrid, 1979), con el propósito de dejarlo en la sociedad "Islas Canarias" de Montevideo, el centro más antiguo de todos los fundados por nuestros isleños en el exterior. Sin embargo, al pasar por la aduana del aeropuerto de Carrasco, el carabinero decidió requisar el disco al ver entre los títulos que contenía dos canciones dedicadas al general José Artigas, el gran caudillo charrúa y uno de los más famosos libertadores de América Latina.
El país se encontraba por aquel tiempo dominado y oprimido por una dictadura militar que ejercía con mano de hierro el inefable general Goyito, un personaje que podemos situar en las antípodas de lo que fue y significa José Artigas, que predicaba como máxima preferente la primacía de la libertad y democracia sobre cualquier tipo de despotismo, como bien dejó sentado en el congreso de abril de 1813 ante los representantes de la denominada Liga federal.
Era José Gervasio Artigas (1764-1850) descendiente de canarios, como hicimos constar en nuestro libro De Tenerife a Montevideo (Colección "La Diáspora", Gobierno de Canarias, 2002). Su abuela, María Rodríguez Camejo, nacida en la ciudad de La Laguna, figura en la nómina de las familias canarias que fundaron Montevideo. De ahí que la sociedad "Islas Canarias" donase a La Laguna un magnífico busto del caudillo uruguayo, que hoy puede ser admirado en una de las rotondas del Camino Largo lagunero.
Se conmemora este año en Uruguay el bicentenario del llamado "proceso de emancipación", que lideró José Artigas desde sus comienzos, con un ideario que llevaba en su seno constantes llamadas para la integración de los pueblos a través de la libertad y de la democracia. Así llegó a decir en su célebre Reglamento Provisorio, y en relación con el otorgamiento de tierras, que "los más infelices deberían ser los más privilegiados".
Se comprende, entonces, por qué aquel carabinero del aeropuerto de Carrasco no dejó pasar el disco de Los Sabandeños, que contenía las canciones Montevideo y Nuevo éxodo, con música de folías canarias y candombe uruguayo, respectivamente. Los guardianes de aquella execrable dictadura no estaban dispuestos a dejar entrar en el país elementos subversivos que pusieran en entredicho aquel sistema opresor de torturas y asesinatos. Y menos que el general Artigas fuese ensalzado como demócrata, adalid de los oprimidos y partidario de la Constitución y de la justicia social.
Años después, y tras la caída de la dictadura, pudimos interpretar desde la televisión nacional las dos canciones secuestradas en Carrasco por aquel irascible carabinero de la aduana: "Ya no habrá Tacuarembó / ni triunfarán los traidores; / acaba con los horrores / para que cante el bongó. / Negros, indios y canarios / formarán en tus brigadas, / con los gauchos de avanzada / y todo el pueblo uruguayo". Feliz bicentenario, amigos y paisanos de Uruguay.
FUENTE: LA OPINIÓN DE TENERIFE